Su rutina diaria es pedir dinero en el Metro. Nominalmente, porque tiene un ojo prodigioso para las partes blandas. Nadie como él para notar una lonchera descuidada, un blackberry a tiro, un cierre de cartera discretamente abierto. El hambre inagotable es el más ardiente de los estímulos. Un diálogo íntimo de poderosos instintos en el […]

