afinidades electivas

Hey Jack Kerouac

Desde que aprendí que a los veinticinco debía plantearme el matrimonio, he pensado que por esas pequeñas particularidades que hacen al castellano hermoso, los latinos nunca podremos experimentar a plenitud la potencia de los beats. Esto último es casi un cliché, lo se. Uno de esos que uno no se cansa de mascar. Pero no deja de ser una lástima.

Es una lástima también que casi todo lo que se consiga sea Ginsberg. No por nada, Ginsberg fue un hermoso genio, pero la homosexualidad desenfrenada de los editores de poesía ha fabricado una obra que opaca de alguna forma a Kerouac, Burroughs (si acaso es posible), Corso y a otras maravillas de la época.

Sin embargo, para mí es una verdad ineludible que, pasados cincuenta años, sus voces siguen retumbando. No por casualidad, los beats fueron unos de los primeros en aparecer en la Internet y, para muchos, los guías espirituales de esa generación que intentó apoderarse del mundo en 1991.

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Uno. Siempre amé a Natalie Merchant. No es un secreto, creo que se lo he dejado perfectamente claro a quiénes he podido. Desde la lejanía de In My Tribe, de What’s the Matter Here, para ser más claros.

Le sigue en ese disco Hey Jack Kerouac, un tema que no entendí sino diez años después, y que para mí, junto a Dalí de Mecano, es uno de los mejores tratamientos íntimos -íntimo como solo puede ser un pop que sufre la necesidad de ser convertirse en hit- sobre un poeta. Dos versos:

Hey Jack Kerouac
I think of you mother
And all the tears she cried
She would cry for none other

(…)

You chose your words from mouths of
Babes got lost in the woods
The hip-flask slinging madmen
Steaming café flirts
In Chinatown, howling at night

No suelo visitar la página de la Merchant porque es el nodo del que fluye todo el ego del mundo. Al entrar, me asalta la idea de que es una diva insoportable con credenciales dudosas, ese tipo de gente que habla de ‘su música’ como si fuese un ente independiente, la pareja de la que uno se avergonzaría y jamás presentaría a los amigos. Odiosa, resentida, un pelo mala vibra.

Duro. Amar también es un trabajo.

– – Intermezzo – –

Voy a almorzar adónde mi abuela, sigue siendo el apartamento de mi abuela aunque ella ya no viva allí. Aunque ya no viva. Aunque ya no. Aunque. Una de mis tías baja a abrirme y al ver el charco junto al que estoy parado me comenta:

-Ay el muchacho del tres. Sabes que el muchacho del tres… bueno los padres le entran a la -seña universal -caña. Y él… bueno, también… y a la droga. Y de paso el muchacho tiene un niñito, como de dos años, que vive ahí con los ellos. ¡Ay yo si me preocupo por ese muchachito! Bueno, resulta que anoche llegó con una trona… tu sabes… a las tres de la mañana… y empezó a echar tiros para que le abrieran la puerta y después parece que se cayó y se abrió coco contra los escalones. Cuando bajamos figúrate que el muchacho estaba tirado ahí, bañado en sangre, gritando, con esa pea, y nadie quería agarrarlo.

Nos montamos en el ascensor.

-¿Y entonces?

-Ay bueno, los del cuatro ¿tú sabes? agarraron una alfombra que estaba en el sótano, lo enrollaron y se lo llevaron para el Pérez de León.

-Clásico. Un poeta el tipo.

Mi tía entrecierra los ojos, me mide y se da cuenta que voy en serio. Se ríe. Es verdad.

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Dos. En Tompkins Square, en Alphabet City (yo se, es también un cliché beat), cerca de la fuente en la esquina noroeste, hay una baldosa, ésta baldosa:

La foto corresponde a uno de esos momentos en los que uno mira al cielo, sonríe y comenta: ‘coñoetumadre’.

«¿Qué tan confiable puede ser cualquier verdad que es obtenida
observándose uno mismo y luego insertando un ‘No’?»

Es la línea perfecta, el resumen de todo el cuerpo de injusticias que crea la doble moral. Algo que uno sólo puede considerar como un regalo cuando pasea durante una mañana miserable y se pregunta cómo acabará todo. Esa línea es también el final de este poema de Auden, que, atención, no es beat y sólo puede ser leído con lentitud:

The Way

Fresh addenda are published every day
To the encyclopedia of the Way.

Linguistic notes and scientific explanations
And texts for schools with modernized spelling and illustrations.

Now everyone knows the hero must choose the old horse,
Abstain from liquor and sexual intercourse,

And look out for a stranded fish to be kind to:
Now everyone thinks he could find, had he a mind to,

The way through the waste to the chapel in the rock
For a vision of the Triple Rainbow or the Astral Clock

Forgetting his information comes mostly from married men
Who liked fishing and a flutter on the horses now and then

And how reliable can any truth be that is got
By observing oneself and then just inserting a Not?

-W. H. Auden

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Bonus track. Como parte de este reencuentro, me tropecé con Stockton Gala Days, de 10,000 Maniacs. Miren esto:

The summer fields grew high.
We made garland crowns in hiding, pulled stems of flowers from my hair.
Blue in the stream like none I have seen apart from dreams that escape me.
There was no girl as bold as you.

«Azul en el arroyo como ninguno que haya visto fuera de los sueños que se me escapan». Un temazo para recordarnos que alguna vez, antes de que la poesía, el arte, la vida lo complicara todo, amamos.

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