Maciej Cegłowski: Era una sensación fantástica. No sólo ahora tenía un pasaporte Americano y otro Europeo, es decir podía tener cualquier novia rusa en el catálogo, pero también significaba que este tonto pero profundamente amado país había llegado definitivamente, llegado para quedarse. Se convertiría en un país Europeo normal de segunda categoría, asediado por fastidiosos […]

