Miles de personas aterrizan en el aeropuerto low-cost de Charleroi, pero nadie llega a Charleroi. En la estación de trenes, todos cogen el expreso a Bruselas. En un arranque de masoquismo vicario, O. me dijo que debía matar un par de horas en Charleroi antes de volver a Barcelona. Así que le hice caso porque […]
