A comienzos de los 70s, las grandes ciudades norteamericanas comenzaron a adolecer de ingobernabilidad: crecimiento descontrolado, superpoblación, fuga hacia los suburbios. Corrupción y problemas presupuestarios convirtieron a otrora grandes faros de progreso, como San Francisco, Los Angeles, Chicago y Nueva York; en un ejemplo patente de todo lo que estaba mal con el sistema capitalista. […]
