afinidades electivas

Prince

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Anoche, mientras manejaba en silencio hacia la ciudad, pensé en Prince, en como dentro de poco podremos festejar como si fuera 1999 + 20. ¿Cuántos años tendrá Prince?, me pregunté. Esta mañana supe la respuesta cuando leí que había muerto.

Purple Rain fue el primer cassette que compré por mi cuenta. Tenía 9 años y el comienzo de Let’s Go Crazy me voló el cerebro; un llamado a congregarse alrededor de un disco absolutamente peligroso, que resume muy bien el gran logro de Prince: combinar lo divino y lo obsceno, pavimentar con cuerpos desnudos el camino hacia la beatificación. Prince, el artista, era la encarnación definitiva de la estrella de rock como símbolo sexual, el tipo —¿el único tipo?— que podía cerrar un disco con los gemidos de un orgasmo y dejar caer en televisión un video de 5 minutos sobre una aventura de una noche:

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