Comencé a pensar que debería escribir unas memorias cuando leí Replay de Jordan Mechner, un libro que solo fue posible gracias a la diligencia de su abuelo y su padre que registraron sus memorias, y las cargaron durante migraciones sucesivas.
Me hubiese gustado poder migrar con fotos. Mostrarle an mis hijas su pasado. Ese álbum familiar que mi mamá armó. El álbum que hizo mi abuela consuelo en honor a mi abuelo luego se su muerte, con su cédula de los 60s, su pasaporte, recortes de periódico fotos viejas con nombres que solo ellos dos conocían, sus fotos en Roma durante ese viaje por Europa en 1973 –todavía no he ido a Roma. A los 10 años me parecía lógico y respetable que mi abuela hiciera eso, ahora en mis 50s entiendo la importancia. Lo crucial. El tesoro que sería tener ese álbum.
Mis padres fueron a Venezuela en 2024 a vaciar el apartamento. Allí tiraron todas las fotos, toda mi infancia, todos los nombres de personas que no recordaré y que nadie que yo conozca recordará dentro de 10 años más.
