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Cómo dejé de leer noticias y comencé a leer más noticias

Hace tres años, después de que miles de personas en todas partes del mundo lo hicieran, finalmente entendí que si una noticia era lo suficientemente relevante, me enteraría por mi feed de Facebook o twitter. Fue así como pateé el mal hábito de visitar sitios de noticias a primera hora de la mañana. Fue así como también dejé de leer periódicos, e inclusive, más recientemente, fue así como dejé de revisar mis feeds de RSS en google reader.

Honestamente, me importa más lo que hacen, piensan y comparten mis amistades. Esas son las verdaderas noticias.

Pero a pesar de este cisma, nunca he leído más reportajes, ensayos y reseñas como en estos últimos dos años; gracias a esos amigos que, por un asunto de afinidades electivas, resultan los mejores curadores de contenido que podría encontrar.

Manejando la sobrecarga

No importa qué tan buenos sean tus filtros, ni que tan restrictiva sean tus políticas de amistad, es casi imposible procesar la gran cantidad de contenidos que pueden generarse y redistribuirse diariamente en tu feed de twitter. Luego de una mañana haciendo clics esporádicos, fácilmente podrías terminar con 10 o 20 artículos abiertos, esperando ser leídos.

¿Cómo hacer para estar al día y poder trabajar a la vez?

Yo utilizo dos herramientas:

En delicious almaceno links a aquellos artículos que no voy a leer inmediatamente, pero supongo que me serán útiles en un futuro: guías, recetas; o textos –cuentos, reportajes– que son esenciales y a los que vuelvo periódicamente.

(Un problema potencial es que delicious depende de que los enlaces y las páginas a las que apuntan nunca cambien. Si eso sucede, podría el artículo para siempre)

En Instapaper, almaceno aquellos artículos que voy a consumir y probablemente no guardaré (también quizás no estoy preparado para decidirlo la primera vez que me encuentro con el artículo).

Instapaper hace algo que hasta este día me parece casi mágico: despoja al texto de todas las propagandas y elementos de diseño que plagan a las páginas web, presentándolo de una forma que a mi me parece ideal para la lectura.

Ambas herramientas proporcionan bookmarklets que puedes colocar en la barra de favoritos del navegador, de forma que con un sólo clic puedas salvar los artículos para otro momento. Esto permite continuar trabajando, o leyendo, o haciendo lo que venías haciendo.

Puedo volver a estos artículos guardados desde cualquier dispositivo con conexión a internet. Cada vez que tengo unos minutos libres –en una cola de un banco, mientras preparo el almuerzo, espero a alguien– puedo ponerme al día con las lecturas pendientes.

Instapaper hace otro poco de magia al sincronizarse con el iPhone, permitiendo leer inclusive cuando no hay conexión a internet.

Flipboard y Top Secret America, rompiendo paradigmas

Ya que estamos en el tema, esta semana han aparecido dos cosas que podrían convertirse en ejemplos paradigmáticos de los cambios en nuestra forma de consumir información:

El iPad es un producto ideal para consumir contenidos. La razón principal para que esta afirmación no sea obvia, es que un timeline de twitter es aburrido en cualquier plataforma. Peor aún, se parece mucho al ruido.

Una nueva aplicación, Flipboard, analiza tus feeds de twitter y Facebook, los mezcla con inteligencia para determinar cuáles contenidos son más relevantes, y los presenta en formato de revista. Transformando de una vez por todas y para siempre la forma como revisamos nuestras redes sociales. No exagero. Pero esta descripción no le hace justicia a lo bien diseñada que está esta aplicación. Así que miren el video:

En segundo lugar, está Top Secret America, una nueva nueva investigación del Washington Post sobre la gigantesca burocracia de los servicios de inteligencia norteamericanos. El reportaje es presentado en formato de revista interactiva, con una página dedicada dentro del sitio del WaPo. La cantidad y calidad de información es abrumadora. Sería imposible resumirla de una manera tan efectiva en papel.

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