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Top-10 discos de la década de 2000

Producir esta lista a mediados del último año de la década es riesgoso. Si hubiese hecho lo mismo en 1999, me hubiese saltado uno de los discos más importantes de la historia –en cualquier género– (The Soft Bulletin, de The Flaming Lips) y el Sgt. Pepper’s de la música indie (The Gay Parade, de of Montreal).

Haciendo esa salvedad, aquí vamos:

amigos-invisibles10. Arepa 3000 (2000) – Amigos Invisibles

Un disco concebido como el soundtrack de una rumba, conceptual como pocos en la historia del pop venezolano. Fácilmente podría argumentarse que es una declaración de valores, un recorrido sonoro por la identidad venezolana de comienzos de milenio, sin caer en el cliché, sin abandonar la vanguardia. Si naciste en Venezuela entre 1970 y 1985, oyes Arepa 3000 y no sientes nada, múdate y devuelve la cédula.

Caliente

(y si sigues siendo venezolano y no has gritado «Que-ma-me-de-fren-te» en un concierto de Los Amigos, tienes una cuenta pendiente con esta década)

modest-mouse-moon-cover9. The Moon & Antarctica (2000) – Modest Mouse

Si hubiese que rescatar alguna historia de éxito de esta década, apostaría por Modest Mouse: una banda de tercera categoría, obligada por sus propias limitaciones a ser imitadores de los imitadores de los grandes del grunge, súbitamente cambia de rumbo y renace a la vanguardia de la música indie. Isaac Brock es uno de los más reconocibles, versátiles y camaleónicos vocalistas del rock, y al frente de Modest Mouse ha creado 3 de los mejores álbumes de esta década. De ellos, We Were Dead Before The Ship Even Sank (2007) es el más auténtico y maduro. Pero The Moon & Antartica marcó el inicio de esta mutación.

3rd Planet

0b62973a66679eb766869f1087ff41c6_full8. Room On Fire (2003) – The Strokes

Is This It (2001), con la peor sección rítmica en la historia del Billboard y un vocalista con más handicap que Johnny Rotten, salvó al rock, restituyo a Nueva York como la capital de la música de vanguardia y justificó la aparición de una nueva estética post-punk: peinados y ropa cara, 30 dólares de cover y servicio de escocés en los bares underground. Last Nite, el mega-hit de Is This It, se convirtió en el soundtrack de la bofetada final de Giuliani: el aburguesamiento del Lower East Side.

Tamaño éxito para una banda con tan poco talento y tanto sentido de la moda, era garantía segura para un desastre. Pero Room On Fire resultó ser un segundo disco con pegada (una rareza excepcional), en el que además la banda se dio el lujo de ampliar sus límites. Marcando 33 minutos, Room On Fire es una colección furtiva y furiosa de bombas pop que le ganó el derecho a The Strokes a equivocarse durante el resto de la década.

Reptilia

interpol-turnonthebrightlights7. Turn on the Bright Lights (2002) – Interpol

Veinte años tardó el sistema en digerir y procesar a Joy Division y The Smiths. El resultado es una banda –y un disco– que señaló la estética a la que el post-punk debía apegarse durante el resto de la década, específicamente: barítono, rasgueo descendente y percusión muscular.

No es fácil lidiar con la tensión que genera Turn on the Bright Lights la primera vez que lo escuchas. Lo peor viene cuando lo oyes por segunda (tercera, cuarta) vez y te das cuenta de que las claves para apaciguarlo yacen fuera del disco.

PDA

5726. Cuatro Caminos (2003) – Café Tacvba

Un disco reflexivo de una banda que alcanza la mayoría de edad y de pronto se encuentra solitaria en la escala cualitativa, con la responsabilidad de señalar el camino.

Desde la oda a la digitalización de Cero y Uno, hasta la genialidad de «guardo dos compases de respiro» en Desperté, Cuatro Caminos desafía todas las preconcepciones que un escucha ocasional de Café Tacvba pueda tener. En este disco, los Cafetas logran combinar la perfección pop de Re con la experimentación límite de Revés/Yosoy, consolidándose como la única banda latinoamericana activa en la estratosfera.

Puntos Cardinales

cookie_mountain5. Return to Cookie Mountain (2006) – TV On The Radio

La primera vez que escuché a Tunde Adebimpe exclamar «I was a lover/before this war» sobre ese bramido de elefante hecho con metales, entendí que:
1) esa era la voz de la década, y
2) nada iba a sonar como TVOTR hasta dentro de algunos años: Bowie, Peter Gabriel, Funkadelic, Jesus & Mary Chain, U2 y un beatbox, pasados por una licuadora.

Inmediatamente, todos quisieron sonar como TVOTR, y dos discos que podrían estar en esta lista lo lograron: A Weekeend In The City, de Bloc Party y Neon Bible, de The Arcade Fire.

Todavía suena único y vigente. Seguramente estaremos hablando sobre Cookie Mountain y Dear Science (2008) dentro de diez años.

Wolf Like Me

(uno de los arreglos de rock de la década)

arcade_fire_funeral-20044. Funeral (2004) – The Arcade Fire

Mise-en-scène: Un adolescente desea por encima de todas las cosas escapar –junto a su amor– de la garra de sus padres y su vecindario, del horror. Luego, joven adulto, roto, solo e inseguro –¡oh tragedia!– anhela su distopía infantil, su feliz prisión.

Por esos resultados inesperados que tiene la catarsis artística de los románticos, lejos de ser un lamento fatalista, Funeral termina siendo un álbum esperanzador, un apólogo victorioso, y sabio.

Neighborhood #3 (Power Out)

61mc28x1rhl_sl500_aa300_3. Since I Left You (2000) – The Avalanches

Since I Left You viajó de Australia a Occidente bit a bit, convirtiendo a The Avalanches en los primeros héroes globales de Napster.

La idea de armar un disco con samples no es novel (Steinski hizo obras insuperables hace 20 años), pero Since I Left You destaca por su absoluta erudición: más de 900 samples en 1 hora dejan de ser música para convertirse en una tesis artesana sobre la música popular.

La brillantez de Since I Left You reside en que hay algo en como están atados esos samples que los hacen familiares y a la vez nuevos, recorrido de memoria y descubrimiento en una fiesta en la que uno cree haber estado. Una mezcla definitiva, party mix de los party mixes.

Frontier Psychiatrist

wilco_yankee_hotel_foxtrot2. Yankee Hotel Foxtrot (2002) – Wilco

Fórmula: toma todo lo que sabes sobre la música country, rómpelo y mézclalo con dos partes de psicodelia, una de folk y otra de ruido, mientras escuchas Radiohead.

Como tantas otras obras atípicas, YHF fue rechazado por la disquera original. Una década después, pienso en la masificación del rock indie, en el renacimiento del folk y podría argumentar que muchos de mis discos favoritos de la segunda mitad de la década hubiesen sido imposibles si Wilco no hubiese comprado las cintas de este álbum, para vendérselas a la competencia.

YHF es el mapa mental de una banda en proceso de separación, el Third/Sister Lovers de esta década, un disco que pasa por debajo del radar, o puede ser escuchado con detenimiento para descubrir su genialidad, un álbum raro e intemporal sobre el que estaremos teorizando dentro de veinte años.

I’m The Man Who Loves You

5kida1. Kid A (2000) – Radiohead

Tarde o temprano, todas las bandas que andan en una búsqueda alcanzan su techo artístico y proclaman «el rock ha muerto». Para la mayoría, ese es el fin del camino, o el inicio de una penosa repetición.

Kid A fue, por lo notorio, el salto al vacío artístico más relevante de la década: una banda que había alcanzado la cúspide estética del rock con OK Computer, deshecha todo lo familiar, excepto la paranoia y el miedo, y con eso construye un álbum de electrónica.

Con su intro de Encuentros Cercanos del Tercer Tipo, Kid A es la bienvenida oficial al nuevo milenio, una colisión controlada entre una banda de jazz y un duo de sintetizadores, una confesión de paranoia, una admisión de sus limitaciones como superbanda, un arrebato claustrofóbico, una pesadilla de Aphex Twin ambientada por REM. Voces, múltiples voces de máquinas acompañan a Thom Yorke en el recorrido enigmático de un hombre que ha perdido su batalla con la tecnología, creando un sonido que sus imitadores (Coldplay, Muse), luego de diez años, todavía no han podido descifrar.

O como dijo Brent DiCrescenzo, en Pitchfork en Octubre de 2000:

Esta es una experiencia emocional, psicológica. Kid A suena como un cerebro enturbiado tratando de recordar una abducción extraterrestre. Es el sonido de una banda, y su líder, perdiendo la fe en sí mismos, destruyéndose, y subsecuentemente, reconstruyendo una entidad perfecta. En otras palabras, Radiohead odiaba ser Radiohead, pero terminó con el disco más natural, más Radiohead hasta ahora.

Recuerdo claramente el shock colectivo que produjo, las largas conversaciones que comenzaban con «¿Ya oíste Kid A?». Si nuestra generación, esa que quiso cambiar al mundo en los 90s, dejó algún legado para la posteridad, no fue el Nevermind de Nirvana, sino Kid A.

Everything In Its Right Place

Bonus tracks. Top-20 al 10

  1. Vampire Weekend (2008) – Vampire Weekend.
  2. Silent Alarm (2005) – Bloc Party.
  3. Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not (2006) – Arctic Monkeys.
  4. Welcome To Mali (2008) – Amadou & Mariam.
  5. Fever to Tell (2003) – Yeah Yeah Yeahs.
  6. You Are The Quarry (2004) – Morrissey.
  7. Source Tags & Codes (2002) – …And You Will Know Us By The Trail Of Dead
  8. The Argument (2001) – Fugazi.
  9. Fear Of A Blank Planet (2007) – Porcupine Tree.
  10. † (2007) – Justice.
  11. Sound of Silver (2007) – LCD Soundsystem.

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