afinidades electivas

Lo que extraño

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Cuando me preguntan si extraño algo de Venezuela, usualmente respondo que la familia es lo único que extraño. Aunque, honestamente, también extraño lo que fui, mi vida como ciudadano de Caracas. No porque fuera mejor, sino porque pertenece al pasado. El pasado es irrecuperable y, por lo tanto, una fuente de añoranza.

En el momento en el que te vas, haces una ruptura simbólica con el pasado. No solo dejas lo que falazmente consideras “tu” tierra, sino que abandonas tu historia ¿sabes?, rompes con parte de tu historia.

El sitio en el que nací y me desarrollé ya no existe. No porque sea Venezuela y todo se fue al demonio. Eso es lo que sucede normalmente: todo está continuamente yéndose al demonio. Por naturaleza el mundo cambia y uno cambia, y nada es más nunca lo mismo. La inocencia es un punto de partida, no un destino.

 

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