wikipedia castigándose por un crimen que no cometió
Hace unos días escribí en panfletonegro que no estoy de acuerdo con las manifestaciones autoflagelantes. Occupy Wall Street es un ejemplo más que elocuente de lo que sucede cuando pateas la mesa y haces una pataleta en medio de la calle: al principio nada y después de un rato, los poderosos envían a la caballería.
No importa lo bien que trates de explicarlo, hacer un blackout de la internet es una jugada riesgosa. Después de que destruyes lo único que tienes (el acceso a la información) ¿cuál es el próximo paso? ¿los internautas hacemos una huelga de hambre en nuestras casas?
Las corporaciones del entrentenimiento son como las petroleras, o las empresas que talan el amazonas para fabricar mondadientes. Una manifestación que disminuya la cantidad de música bajada durante un día no los asustará.
Tres ideas sueltas:
1. Google se enriquece con la publicidad que hay en los sitios de «piratería». Me parece un acto de máximo cinismo que participe en la protesta. Tenemos un infiltrado en la huelga de hambre.
2. Este asunto de SOPA es una lucha de dinero viejo y dinero nuevo. La única razón de porqué estamos discutiendo esto todavía es porque el dinero nuevo (es decir, Google) fue el que puso allí al presidente de los Estados Unidos. ¿Qué sucederá en unos años cuando el dinero de la internet sea dinero viejo y algo o alguien venga a atacar sus intereses?
3. Lo único que queda es repetir «copiar no es robar» hasta que nos lo creamos de verdad.
A propósito de la reedición 25 aniversaria de Subway, el New York Review of Books publica un extracto de la introducción, escrita por el mismo autor, Bruce Davidson:
El interior del metro estaba pintarrajeado con una escritura secreta que cubría las paredes, ventanas y mapas. Comencé a imaginarme que estas firmas rodeando a los pasajeros eran antiguos jeroglíficos egipcios. De vez en cuando, mientras miraba estos mensajes crípticos, alguien vendría y se sentaría justo enfrente de ellos, y yo sentía que el mensaje había sido descifrado. Comencé a establecer una conexión entre las islas de Broadway, la cafetería del barrio y el beato escribano del Lower East Side. La conexión era el metro.
El resto es delirante, mezcla de Henry Miller en Times Square y Hunter S. Thompson en una convención de policías.
El soundtrack de mi último mes en Caracas fue el Hombre Bala, de Tomates Fritos. Muchas veces quise regresar y olvidarme del camino.
Febrero
Me mudé a Barcelona y mintina me dio unas canciones para viajar (¿sobrevivir?). De esas, Diario De Viaje, de Federico Aubele, fue clave para caminar durante ese primer mes.
Lotus Flower aterrizó en la cultura pop. Nunca nadie más bailó igual en un video.
Marzo
Estuve 5 días pintando mi piso (y maldiciendo por no tener para pagarle a alguien para que lo hiciera. Aunque admito que, en retrospectiva, eso me ayudó a construir carácter). Me acompañaron dos discos: Volcán, tributo a José José, y Who Will Cut Our Hair When We’re Gone?, de The Unicorns. Hice varios intentos de escuchar otra cosa, pero por alguna razón (¿el olor de la pintura?) volví siempre a estos dos discos.
Abril
Mis primeros días de Catalán están marcados convenientemente por esa observación de que los diccionarios están llenos de palabras gratis y ciertas. Me sobren paraules, del Lamparetes de Antònia Font.
Mayo
El cumpleaños de Mónica fue en el Palau, con Drexler. Primer concierto en meses en el que no me aburro un poco después de la primera hora. Es un bárbaro.
O. me regaló un DVD artesanal de los cortos que hizo Seamus Murphy con el Let England Shake de PJ Harvey. Un álbum espeluznante. Para muchos, el mejor de este año. PJ Harvey logra que todos los demás callen y escuchen, no por ser la que más grita, sino por contar las verdades más descarnadas.
Muere Gil Scott-Heron y ahora si que la revolución no será televisada. ¿Who will survive in America?
Vi por primera vez a Flaming Lips en vivo, masaria, irenepittari y yo podemos decir «we were there».
Junio
Estuve oyendo el Pop Negro de El Guincho todo el año. Pero fue en Junio que le presté atención. El video es un prodigio esquizofrénico.
Julio
Party Rock Anthem (y por extensión, Sorry for Party Rocking) es un logro en múltiples niveles. LMFAO logró reciclar la estética hip-hop de los 90s para crear no uno, sino dos éxitos de verano en un solo disco. Por si fuera poco, el tema emblemático se convirtió en un meme.
Agosto
Mi otro tema de verano fue Pumped up kicks, del Torches de Foster The People. Durante unos días en Agosto, si pasabas suficiente tiempo en un bar, eventualmente lo escucharías. Esta fue la señal que marcó el final de la integración de la estética indie al mainstream.
Septiembre
El principal logro de Daniel Bejar (Destroyer) fue integrar nuevamente al saxo en el mundo del pop. Así quedará en la historia. Kaputt es un rompecabezas de Slow Jams, sonidos que creíamos perdidos en el kitsch del Easy Listening de los 80s y 90s. Un asalto a la memoria para los miembros de mi generación que indignados aseguramos que no oíamos ni Kenny G, ni Yanni, ni nada de «esa música».
A 10 años del 11 de Septiembre escribí un post sobre esta canción de Low Anthem que abre con
Estaba en el aire cuando las torres cayeron,
en un bar en el piso 84.
Le compré una ronda a Philippe Pettit
y le pregunté para qué era la cuerda floja
Me dijo ‘pongo un pie en la cuerda,
y un pie directo en el cielo’
Mientras los profetas entraban audazmente en el bar
Montados en el Boeing 737, oh Señor, en el Boeing 737.
Octubre
Fuimos a Amberes. Aprendí que no puedes ir a poner música a una fiesta sin llevar todos tus discos. Luis salvó un set poniendo El Negro no puede, de Las Chicas del Can. Yo volví con Bienvenidos, del homónimo de Systema Solar (y pasé una semana cantando «siiii, no te dieron visa…»).
Ah, y no pude poner Trigal en la fiesta, que era mi intención original:
Pero Hurry up, we’re dreaming es un animal completamente distinto. Es una señal para todos los huérfanos de James Murphy de que no todo está perdido y que la erudición pop seguirá teniendo una voz. Hurry up we’re dreaming es la típica obra de la pasión y resurrección de un treinteañero.
Diciembre
Por Vicente me enteré del Go Tell Fire To The Mountain, de WU LYF. El vocalista gruñe en lugar de cantar y, a pesar de eso, pueden hacer un tema bailable. Son como Arctic Monkeys antes de que se pusieran serios. De esto se trata el rock.
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