Desde que Chuck Thacker y su equipo en PARC inventaron la Alto a principios de los 70s, el santo grial de los diseñadores de interfaces fue crear un mecanismo para reproducir en papel exactamente lo que se veía en pantalla .
En retrospectiva, parece mentira haber vivido en un mundo en el que el WYSIWYG era un reto tecnológico.
Una vez que descubrimos cómo imprimir lo que veíamos en una pantalla, nos dimos cuenta de que un mundo digital –sin papel– tenía el potencial de ser más veloz, con obvias connotaciones ecológicas. Así que desde hace una década, los fabricantes de hardware han estado buscando la forma de completar el ciclo y hacer que las pantallas reproduzcan exactamente lo impreso en papel.
Para muchos, incluyéndome, esta es la última barrera para la adopción masiva de los ebooks.


