Street Fighting Clone

Este es un post invitado de Luis Alejandro Ordóñez. Luis es un escritor venezolano, autor de Gatubellísima, la primera novela escrita por twitter, y de múltiples blogs con distintos enfoques. Uno de sus sitios, Clones, es un erudito catálogo de versiones de grandes éxitos de la música popular. Desde allí, nos regala este post:

The Rolling Stones

The Rolling Stones

Rage Against the Machine

Rage Against the Machine

Street Fighting Man, la canción más política de The Rolling Stones es también un himno a la ambigüedad. Por momentos uno no sabe si los Stones están llamando a la revolución o se están desdiciendo de cualquier posibilidad de cambiar el sistema; tampoco es claro si cantan desde la vanguardia de una marcha de protesta o desde el balcón de quien ve una manifestación pasar. En la letra de Mick Jagger salta tanto la emoción frente a lo que estaba sucediendo en el mundo, no por casualidad la canción es de 1968, como también el escepticismo sobre las posibilidades de que ese mundo llegaría realmente a cambiar. Después de todo, «qué puede hacer un chico pobre, salvo tocar en una banda de rock ‘n’ roll».
Rage Against the Machine no pensaba lo mismo, ellos concibieron su música como vehículo para denunciar a la América corporativa y como resultado alimentaron a la industria discográfica de los años 90 con millones de álbumes vendidos–«it’s the nature of my game», también dijo Jagger en Simpatía por el Diablo. Fue lógica natural de los hechos que cuando los Rage Against the Machine se dieron por vencidos, con la banda ya básicamente disuelta y en un disco de clones, incluyeran en su repertorio una versión de Street Fighting Man, dándole un tono de reconcomio a estrofas como «donde yo vivo se juega el juego de las salidas por compromiso».

The Rolling Stones – Street Fighting Man

Rage Against the Machine – Street Fighting Man

El primer paso para encontrar tu pasión

Vincent Van Gogh: Carpintero, 1880 y Mujer de luto, 1882

Mientras investigaba para escribir una guía de admisión en las universidades, Cal Newport recibió un consejo revelador durante una entrevista:

«Necesitas estar expuesta a muchas cosas», me dijo. «Debes exponerte inclusive cuando no sabes si estarás interesada.

Cuando consigas algo que te interesa, persíguelo; fíjate si se te queda.

En otras palabras, descubrir tu pasión requiere dedicarse a la exploración desestructurada. Debes dejar largas secciones de tu agenda libre, para llenarlas con exploraciones de cosas que puedan interesarte.

En The first step is to start, Jason Zimdars nos da un indicio de cuándo comenzar esta exploración: Ahora mismo.

Muchas veces, las razones de por qué no comenzamos algo no tienen que ver con falta de habilidad, materiales, o instalaciones. Los verdaderos obstáculos son la autocrítica y las excusas.

En el libro Drawing on the Right Side of the Brain, Betty Edwards nos recuerda que Van Gogh fue sólo un artista durante los últimos diez años de su vida, y nos muestra una comparación entre uno de los primeros dibujos del artista y otro realizado un par de años después (ver arriba). Van Gogh no comenzó siendo maestro, no fue un niño prodigio. Aprendió trabajando duro, persiguiendo una de sus pasiones.

Nunca es tarde para encontrar tus pasiones, pero siempre es tarde para empezar a buscarlas. Te invito a que dejes a un lado las dudas y explores. Lucha contra la autocrítica, deja de perder el tiempo y comienza una exploración a las fronteras de tus limitaciones autoimpuestas. Al final, la peor crítica, el peor cuestionamiento que podrás hacerte, será aquél al final de tu vida, cuando te preguntes por qué no perseguiste tus pasiones.