Afrodita, C.A. y otras empresas fracasadas | John Manuel Silva

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En Afrodita, C.A. y otras empresas fracasadas, John nos cuenta cosas horribles con una mezcla de frialdad y fragilidad, como un adolescente tratando de lidiar con tragedias que lo superan. Afrodita es una compilación de derrotas, y golpes nefastos, narrados con una voz distintivamente caraqueña. A ratos pensé que era como si los protagonistas de Caracas Muerde contaran sus historias en primera persona. ¿Cuantos coñazos puedes recibir y seguir adelante?

El cuento Una historia de familia me dejó pensando en mi propio padre durante días, en cómo un pequeño error de juicio puede joderlo todo. Cómo el acto de confiar puede joderlo todo. Cómo construir algo, tener la osadía de emprender en Venezuela, puede joderlo todo. En el fondo, estamos desvalidos y no hay escapatoria. Si no tienes cuidado, la vida puede ser otra empresa fracasada. Y en el proceso de transmitir esa idea, el libro de John gana.

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Todos los inmigrantes son artistas

Its-Not-Love

Patricia Engel, en It’s not love, it’s just Paris:

I thought of my father. Once, before my graduation, I’d mentioned the possibility of changing direction and not studying diplomacy as I’d been planning. Papi thought I meant I’d join him and Santi at the family business, but when I said I was considering something more creative, he shook his head as if I’d been terribly mistaken and said there was no need for that; I was already an artist by blood; all immigrants are artists because they create a life, a future, from nothing but a dream. The immigrant’s life is art in its purest form. That’s why God has special sympathy for immigrants, because Diosito was the first artist, and Jesus, un pobre desplazado. 

“It’s not the same, Papi,” I’d tried, but he shook his head.

“Pero of course it is, mijita. All your life is a work of art. A painting is not a painting but the way you live each day. A song is not a song but the words you share with the people you love. A book is not a book but the choices you make every day trying to be a decent person.”

Vía este artículo en The Atlantic, en el que Edwidge Danticat nos cuenta que ella es la versión viva de esta historia de Engel.

Qué bien eso ¿no?: todos los inmigrantes somos artistas porque nos inventamos una nueva vida a partir de una idea. Mónica y yo lo hicimos dos veces y podemos corroborar que es verdad. Cada vez que migras, fabricas una vida y una historia de la nada.

(Aunque vale acotar que yo no emigré como los padres de Danticat. Yo tuve gente  que me ayudó a poner un pie del otro lado, y con la que estaré agradecido y en deuda para siempre.)

La idea es bonita, pero los que se quedan en su país y logran sobrevivir y prosperar, también son artistas. Enio siempre decía que los verdaderos poetas eran las madres que se paraban a las 5am para cruzar la ciudad y sostener a su familia. Nuestra vida, nuestra supervivencia y nuestros hijos, son nuestra mejor obra, emigremos o no.

 

Escena de Navidad

Salgo a comprar pan y descubro que la alcaldía ha organizado un mercado de Navidad. De los altavoces colocados en los postes, Dickie Valentine canta el Alfabeto (si, es un pueblo con hilo musical). A lo largo de la calle principal, hay ventas de vino caliente y animadores para los niños: dos ardillas, un San Nicolás, un hombre de nieve y decenas de ayudantas de Santa, en falditas.

Todas las tiendas están abiertas, pero vacías. Sin embargo, para esperanza de los comerciantes, hay mucha gente en la calle. Me cruzo con dos, tres, cinco familias sonrientes, cargando grandes cajas.

Segundos después, caigo en cuenta de que vienen del centro, de la oficina de correos y sus cajas son todas de Amazon.

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