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Mi 2015 en cine — 1 de 2

purge

El cambio más significativo en mi experiencia de ver películas en 2015 fue instalar Kodi en un Raspberry Pi 2 conectado al televisor. Fue un salto cuántico sólo equiparable a cuando descubrí Napster.

Para ver películas y series uso IceFilms, cuyo add-on para Kodi puedes conseguir en TVAddons.

Así que en 2015 no fui mucho al cine, pero vi más películas que en ningún otro año.

Insisto en lo que digo siempre: si alguna compañía me permitiera alquilar la película, serie o programa de televisión que me diera la gana, sin preocuparme por todo el bullshit de las regiones, subtituladas al idioma que yo quiera —por menos de $4 por producto— me tendrá como cliente para siempre. Ya pasa con la música.

En fin…

Estas notas fueron escritas saliendo del cine / cerrando una ventana / apagando la tele, justo después de haber visto algo para compartir y antes de contaminarme con las reseñas. Están aderezadas con links que he ido consiguiendo por allí.

 

Enero

La actuación de Brendan Gleeson en Calvary.

El episodio navideño de Black Mirror es súper fucked up. Pero también es una clase maestra de narrativa expositoria. Todo escritor debería ver y entender cómo está montada esta historia.

Prisoners es un thriller a la vieja usanza, de esos que hacen que te cuestiones tus convicciones. Muy bien hecho, con excelentes actuaciones.

Lucy está bellamente filmada, con un montón de huecos argumentales y un desastre de final. Me gustó más la primera vez, cuando la protagonizó Bradley Cooper.

Me encantan los artículos de Dave Addey sobre la tipografía en el cine. Este acerca de Alien contiene una disertación sobre la simbología de los iconos en nuestros smartphones, el retro chic de las pantallas de rayos catódicos y el teclado diseñado por un ocultista ruso con cierta debilidad por los viajes lisérgicos.

The Purge: Anarchy es todo lo que la primera Purge no fue: una distópica mascarada sangrienta.

Con un poco menos de información, Predestination sería una muy buena película de policías que viajan en el tiempo. Pero se les va la mano dando pistas sobre lo que está sucediendo.

Dos días, una noche es la mejor película sobre la depresión que vi este año. La actuación de Marion Cotillard es excelente.

Siete minutos de tormentas, hermoso

The Guest es un buen thriller hasta que se vuelve completamente demencial al comienzo de la segunda hora. Después de ese punto, es deliciosamente ridícula y divertida. El soundtrack, pura música de los 80s, es bestial.

Vimos Qu’est-ce qu’on a fait au Bon Dieu? justo después de los ataques a Charlie Hebdo. Fue por casualidad y perfecto.

Este corto de ciencia ficción:

En la cúspide de su carrera, Mackey Sasser, catcher de los Mets, perdió su habilidad para lanzar una pelota sin pensar, lo que se conoce como el síndrome de Steve Sax. En este corto muestran el tratamiento al que se sometió 20 años después para librarse de sus traumas. Ando pegado con esa idea desde que leí El Arte de la Defensa el año pasado.

Qué buena la actuación de Tobey Maguire en Brothers.

Welcome to Union Glacer es lo que sucedería si Wes Anderson hiciera un documental sobre una expedición Antártica. Hermoso, bien montado y bien musicalizado:

Stephen Soderbergh tocó 2001 Odisea del Espacio y creó su propio corte. Warner lo mandó a tumbar.

The Equalizer es una de las mejores películas que hay de «venganza del veterano».

Vi The Drop por recomendación de Vicente. Me dijo «que bolas Tom Hardy» y si, que bolas Tom Hardy. Se supera con cada película. En esta, su cara de tipo que no rompe un plato es impenetrable. Perfecta.

Nunca había visto una película de la segunda guerra mundial cuyo protagonista fuese un tanque. Fury rápidamente se vuelve una muy buena película. Lamentablemente, no se conforma con serlo, sino que rompe el ambiente de horror en la guerra con escenas innecesariamente dramáticas y sobreactuadas.

 

Febrero

boyhood

The Kingdom of Dreams and Madness sigue a Miyasaki mientras finaliza El viento se levanta. Un hermoso y taimado documento lleno de sabiduría. El viento se levanta la vimos el año pasado, una película que, como este documental, va sobre sueños e ingeniería y me llegó cerca.

The Good Lie tenía pinta de ser un dramón pero en realidad es película bien hecha sobre el recorrido de una familia de refugiados.

Reese Witherspoon también se la come en Wild. Una película fantástica. El guión es de Nick Hornsby, y se nota. Me encantó la forma como está montada la música: a veces un tarareo, un susurro, segmentada y repetitiva, cantada/tocada por debajo de la respiración, exactamente como experimentas la música cuando haces senderismo. Completamente innovador.

Se me ocurre que Wild es la versión femenina ¿feminista? de Into The Wild. Pero en realidad es mucho mejor, porque no invita a la gente a hacer cosas muy estúpidas.

J.K. Simmons hace de Sargento Hartman en Whiplash. La película entera me cayó como una patada y me sentí como uno de esos nerd que echa espuma por la boca por un detalle minúsculo en una peli de ciencia ficción. El escritor/director crea un protagonista que idolatra a un acto de circo que pasa por baterista (Buddy Rich, WTF?), el protagonista se obsesiona porque no tiene (ni tendrá) la zurda de Buddy Rich y le sangran las manos porque no tiene ni puta idea de cómo sostener unas baquetas. Todo bien hasta ahí, excepto que me están tratando de vender la idea de que están en un conservatorio y se las tiran de serios y afinados. Si Whiplash fuese una comedia, o si el protagonista tuviese visiones y se fumara un porro con Buddy Rich, me como la película entera. Pero la película es musicalmente un desastre y es bidimensional. Una polaroid ridícula sobre la obsesión.

No se si es involuntario, pero ese segundo en el que muestran a un baterista de calle, Gene Krupa syncopated style, me pareció que era un retrato de lo que el director piensa que es un buen baterista: un monito que le da palo al redoblante hasta que se vuelve loco.

Todas las veces que dije que una película era épica, mentí. Boyhood es la única película épica. Es un ensayo de exposición espasmódica: pequeños episodios enmarcados en una narrativa que de alguna manera emula a las historia que recibimos de gente que vemos una vez al año y nos responden a la pregunta ¿qué esta pasando en tu vida ahora?.

Estaba tan conectado que, cerca del final, comencé a pensar que estaba viviendo un final yo también. Me capturó el realismo de la escena en la que Ethan Hawke conversa con sus hijos en el carro acerca de lo que hicieron en la semana.

Don Jon es una comedia fantástica por el mensaje que lleva de contrabando: un paquete de crítica y comentario social durísimo con respecto a la violencia sexual en nuestra sociedad, la objetivación, la adición a la pornografía gratuita, la dicotomía entre amor y sexo, la cultura de violación, la fantasía de la relación perfecta. Está súper bien montada y compacta mucho en una furiosa hora y media.

Relacionado: No puedo parar de masturbarme.

Bayman, el héroe de Big Hero 6 recuerda mucho a Wall•E, pero es el personaje de Disney más adorable desde Dumbo.

Creo que no entendí Birdman. Es decir, es buena, pero no excepcional. Yo supongo que la sobreactuación es adrede, pero no me queda claro. Ingenioso lo de los plano-secuencia, pero ¿por qué? ¿para qué? ¿porque se trata de una obra de teatro dentro de una obra de teatro? ¿es eso? Lo dicho: no entendí.

Al terminar, Mónica dijo que si se trata de una obra dentro de otra, Polanski lo hizo mejor, dos veces, con Carnage y Venus à la fourrure.

En Nightcrawler, Jake Gyllenhaall construye a uno de los psicópatas más encantadores de la historia del cine. Un cruce entre Norman Bates y Patrick Bateman. Esta película tiene dos toques geniales: 1) Ese momento en el que te impulsan a sentir lástima por su incapacidad crónica para sentir empatía y 2) que el personaje intente entender y describir al mundo a través de la Wikipedia.

Fuckin’ brillante.

 

Marzo

violent

A Most Violent Year es un gran ejercicio de contención. Durante dos horas estuve esperando el momento en el que se transformaría en la película que no es. Me gusta pensar que la verdadera lucha ocurrió no en la pantalla, sino dentro del espíritu del guionista.

La Película de Lego es una genialidad. Súper bien hecha

Una mirada a los planos generales de PT Anderson

Este corto de ciencia ficción de Alejandro Hernández

La dirección de arte de The Raid 2 es fantástica. Un buen ejemplo de cómo manejar el gore en una película de acción.

La historia de cómo estos amigos hicieron un remake de Cazadores del Arca Perdida:

Wooper es una parodia de Looper en la que las victimas de Elmer Fudd son enviadas al pasado porque en estos días ya no pueden mostrarse armas en los dibujos animados:

Disfruté un montón de John Wick. Es una película excelente por tres razones:

  1. Las peleas en plano general. El director es uno de los coreógrafos de The Matrix y nunca te abandona en el espacio. En todas las peleas tienes una idea de dónde están los personajes.
  2. Mitología. Si estás haciendo una película sobre una sociedad secreta, hace falta un montón de narrativa expositiva. El recurso de las monedas y «quisiera reservar una cena para 12» es brillante.
  3. Cine eficiente. Por ejemplo, cuando los policías van a casa de John Wick, miran sobre su hombro y le preguntan «¿estás trabajando otra vez?».

St. Vincent es una peli con corazón.

 

Abril

moss
The One I Love es un gran episodio de Dimensión Desconocida. Una excelente exploración sobre la monogamia y lo que esperamos de nuestras parejas.

Skeleton Twins tiene el mejor uso Nothing’s gonna stop us, de Starship, en el cine. El final es extrañamente realista –y un pelo coñoemadre.

Este es un montaje de grandes películas, usando solamente stock footage:

Cake cuenta una historia muy dura y esta muy bien actuada. Lo mejor de todo, su gran diamante, es lo que calla.

Matt Zoller Seitz mira Aliens con su hijo de 11 años y sus amiguitos y escribe sus impresiones en Notes on watching «Aliens» for the first time again, with a bunch of kids. Lo que más me gusta de este artículo es la reflexión sobre cómo la paternidad nos cambia. Todos vimos esa película cuando teníamos esa edad, pero nadie se dio cuenta porque no nos supervisaban de la misma manera.

’71 es como la After Hours de Scorsese, mezclada con Black Hawk Down y Escape de Nueva York, pero en Irlanda del Norte.

Me encanta que John Hurt sea Christopher Marlowe en Only Lovers Left Alive. Me gusta la idea de que el tedio sea lo único que une a los vampiros con el resto de los humanos. El tedio es una condición definitoria del ser humano, incluso más que la muerte.

Increíble como Barkhad Abdi y Tom Hanks se comen Captain Phillips. Nunca esperé que fuese tan bien actuada.

The Dirties es una película decente de found footage. Pero el gran regalo son los créditos finales: un homenaje a las grandes secuencias de títulos del cine. ¿Puedes enumerarlos todos?

Escape From Tomorrow es una muy buena idea con una ejecución regular. Sin embargo, toda la idea de haber sido filmada en Disney World al estilo guerrilla es fascinante. Me gustó que me quedé dormido durante un instante y al despertarme era otra película completamente distinta, más rara y divertida. Probablemente nunca miraré a las princesas de Disney de la misma manera.

The Congress es medianamente interesante hasta que se pone súper loca y se vuelve fantástica. La mejor Matrix-después-de-Matrix.

What We Do In The Shadows es el mejor mockumentary que he visto este año. El director es uno de los tipos de Flight of the Conchords.

En Bloomberg demostraron que la séptima es la más rápida y la mas furiosa.

Me gustó la manera en la que Steve Carrell se pierde en su personaje en Foxcatcher.

Qué gran idea desarrollan en Horns. El diablo saca la honestidad en la gente. Es un capítulo bien hecho de Cuentos de la Cripta.

 

Mayo

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Under The Skin es muy loca y atmosférica. Creo que logra algo singular cuando transgrede los límites de lo aceptable al retratar ese encuentro con el tipo deforme —Cuando pensábamos de qué iba, marca un nuevo límite del horror.

Chappie es una de esas historias en las que si aceptas la premisa, no te suelta. Me parece que la humanización del androide está bien lograda.

American Sniper tiene unos momentos bien interesantes. Es quizás la mejor película de francotiradores desde Enemy At The Gates.

El teaser trailer de Mad Max: Fury Road es una master-class de edición y montaje de sonido, pero resulta que la película completa también. De hecho, es uno de esos raros casos en los que volviendo del cine miras otra vez el trailer y te parece más lento que la película. Así de frenética es. Tenía años que no veía algo tan emocionante, hermoso, brutal y extenuante a la vez. El colorista es un fucking maestro. Si tuviese una máquina del tiempo me gustaría enviarla a 1985 para estallar cerebros. Tiene el mejor uso de Verdi, concretamente del Dies Irae, en toda la historia del cine, y nunca me he atrevido a decir eso.

Que el villano sea el mismo actor que encarnó al villano en la primera, es delicioso. Parte de la tradición de Mad Max es precisamente reutilizar actores para distintos papeles. Los más osados declaran en Twitter su adoración a la primera, segunda o tercera Mad Max. Me pregunto si las habrán visto recientemente, porque la única que se salva es la segunda.

Tom Hardy hace más o menos el mismo papel que en The Drop y qué bien le queda.

¿Te acuerdas cuando saliste de ver Pulp Fiction y entendiste que el mundo no sería igual? Eso fue lo que sentí cuando vi Fury Road. Es la versión cinematográfica de un mic drop.

 

Junio

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It Follows es un clásico instantáneo del horror. Es la Final Destination de esta generación.

Después de la primera hora, el soundtrack se pone absolutamente genial. Quizás el mejor soundtrack de los 80s grabado en esta década. Pienso que por esto y porque comparten protagonista, It Follows es la hermana espiritual de The Guest. Esa chama tuvo buena puntería en 2014.

Al comienzo me ladilló un poco que fuera una alegoría a las enfermedades de transmisión sexual. Es una idea tratada hasta la saciedad en el cine de horror y apesta a puritanismo norteamericano. Pero luego renuncié y me entregué al concepto de la ETS del demonio. Creo que fue porque está bien filmada, tiene encuadres tan hermosos y varias elipsis tan interesantes, que ayudan a la película que se está formando en tu cabeza.

Snowden me cae mal pero no cabe duda de que es un héroe. Citizenfour es un libro de John le Carré que ocurre en la vida real. Me divierte que los tarados de Venezolana de Televisión hayan pasado este documental sin pensar por un segundo que lo que el documental critica es exactamente lo que hace el gobierno venezolano. Si alguien se atreve a hacer en Venezuela lo que hizo Snowden, lo descuartizarían vivo (y luego pasarían el documental otra vez).

La secuencia de la iglesia en Kingsman: The Secret Service es uno de los mejores momentos de hiperviolencia del cine. También lo que sucede cerca del final con los invitados a la fiesta. Es refrescante ver que alguien se atreve a salirse de la corrección política en una película con ese presupuesto.

¿Ya no las hacen como antes? Puede ser. Luego de Kingsman me dio por ver Get Carter y es mucho más ¿transgresora? de lo que recordaba. Mientras la veía, enumeraba las cosas que ya no pueden hacerse en el cine (pegarle a las mujeres, matar en caso de duda, mostrar tetas gratuitamente). Get Carter es un recordatorio de que cualquier cosa que hoy llames noir, es en realidad gris claro.

La violencia gratuita de Get Carter me hizo pensar en El Vengador Anónimo —Death Wish— esas pelis en las que Charles Bronson educa a los malandros. Concretamente en la tercera, que tiene una de las secuencias más adoradas de mi niñez:

Tim’s Vermeer es un documental geek por excelencia. Una representación pornográfica de lo que significa explorar una obsesión hasta las últimas consecuencias. Aprendizaje del año: «las pinturas son documentos».

 

Lee la segunda parte de este post aquí

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Daniel Pratt

Emprendedor, artista de calle, aficionado a los medios sociales, fan de PHP, amante de psql, geek. Vamos a morir pronto. Lo que queda es amar, disfrutar de nuestras glorias, miserias y afinidades electivas.

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