Cómo prepararse para el apocalipsis zombie

Esta es la forma correcta de instar a las personas a prepararse para un desastre natural. También es una clase de cómo ser leído en medios sociales: despertando curiosidad por lo que escribes.

Qué bien sería que todos los organismos gubernamentales para la atención de emergencias dominaran de esta forma las redes sociales.

CDC EPR | Social Media | Preparedness 101: Zombie Apocalypse – Blog.

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#spanishrevolution vista por un venezolano

¡os ruego que no derraméis mi half-caf mocha!

Luego de tantos años sufriendo una guerra de desgaste contra un estado que claramente me odia (y a ti probablemente también), no puedo dejar de tener sentimientos encontrados con las acampadas en las principales plazas de España.

Por un lado, entiendo que es una de las pocas formas de propuesta efectiva que tienen los españoles: las marchas ocurren un día y luego nadie las recuerda, pero una acampada en la semana final de la campaña, le arruina la agenda a todos los políticos que ya estaban enjugándose las manos. Es una bomba fétida en el sistema, tremendamente efectiva.

Por otro lado, encuentro destellos de patetismo que, como venezolano, me son muy cercanos: jóvenes bailando, haciendo una fiesta de cacerolas, otros haciendo botellón con la guitarrita y la ganja, otros con discursos grandilocuentes y otros sin saber claramente porqué están allí, a pesar de que haya manifiestos muy claros.

Pocos se detienen a pensar que romper con el sistema es un trabajo diario y que requiere (aún más) sufrimiento. Pocos piensan en cosas como las que escribió Héctor Palacios el otro día: la idea no es conseguir reivindicaciones porque, por ejemplo, tres de las peticiones que hacen los españoles, las tenemos en Venezuela gracias a Chávez y eso no nos ha sacado de nuestra barrena.

También hay que admitir que pocos perderían la oportunidad de hacer una acampada, una fiesta en la calle. Pero me gustaría saber cuántos de ellos están dispuestos a sacrificarse por la democracia y –esto es chocante, lo se– recibir disparos con balas de verdad, como los árabes, o como nosotros en América Latina.

En Venezuela, nosotros entendimos que la única forma de conseguir que el estado te preste atención, es cosiéndote los labios. Y si piensas que eso se debe a que nosotros en Venezuela somos unos salvajes, estás equivocado. El sistema, tus políticos, son unos salvajes y tú estás ciego al creer que si marchas y acampas, cederán ante tus demandas. Por muy democrático que creas que es tu país, si lo que planteas es cambiar el sistema y arruinarles la fiesta, te aplastarán a ti y a cien mil más, como hormigas.

¿Quiere decir esto que hay que coserse los labios? No. Lo que quiero decir es que la actitud responsable es decirles a todos «señores, la bonanza se acabó para siempre. Lo que viene es aún más difícil, pero creemos que es lo correcto ¿estáis con nosotros?».

Debo acotar también que estoy re-vacunado contra las «revoluciones» gestadas via twitter. El hecho de que en España haya 9 millones de pobres, pero que la #spanishrevolution haya reventado por #nolesvotes y por la aprobación de la ley Sinde, desprende un tufillo que no me gusta.

Rescato, sí, el trabajo de los organizadores por megafonía, instando a la gente a no beber, a no gritar consignas políticas. Rescato la cuidadosa labor de medios contra la manipulación. Y rescato lo que, en mi visión muy particular, es el fondo de la protesta: acabar con la estupidez del bipartidismo militante, y la falta de cojones: la falta de cojones para intervenir, quebrar la banca y juzgar a todos los directivos. La falta de cojones para decirle a los electores que se equivocaron y fueron unos imbéciles al pensar que la bonanza iba a durar para siempre. Toda la casta política española está rezando para que la crisis pase y puedan seguir utilizando al electorado como mejor le parezca.

No puedo evitar usar un cliché: son momentos como estos en los que me doy cuenta de dónde venimos.

 

¿Por qué la gente no canta con su propia voz?

Hace un rato, O. me escribió que había estado tratando de dilucidar con sus amigos porqué no le gustaban ninguno de los vocalistas del rock venezolano.

Al final del correo, me preguntaba si a mi no me parecía que todos los vocalistas del rock venezolano me sonaban igual. Los detalles los podrán leer –o no– en un post que O. publicará –o no. Pero mi respuesta fue más o menos así:

Me pasa con todos los vocalistas, de allá y de acuyá. Es una de las razones de porqué gente que sabe mucho más de música –musicalmente hablando– que nosotros, no oye rock.

¿Te acuerdas cuando Christina Aguilera se hizo famosa y todas TODAS empezaron a cantar como ella?

Para mi existen 4 voces en el «rock nacional» de los últimos 30 años: Zdenek Matousek, Pablo Dagnino, Horacio Blanco y Julio Briceño.

Y a tí lo que te molesta es la voz de Zdenek Matousek, que es la voz de Pedro Castillo y el peo es que cualquier hijo de vecina que haya agarrado una guitarra entre 1985 y 2000, creció oyendo Aditus aunque lo niegue.

Lo que pienso es que sólo los grandes cantan con su voz. Porque la gente que hace rock no sabe lo que está haciendo, porque son unos perdedores que no sirvieron para más nada. Así que los duros, los que triunfan, lo hacen en parte porque saben que tienen que usar su voz, su verdadera voz, al cantar.

Hoy al mediodía, veía una entrevista con Russian Red, que es una madrileña que es una copia de una copia de una copia de Cat Power, quien a su vez canta en uno –solo uno– de los tonos de Joni Mitchell… y no pillaba por qué le jalaban tanta bola. La voz de esa jeva es una barajita que te recontratengo.

(y no se si te acuerdas, pero este es uno de los peos que tengo con Coldpussy. Este güevón no sólo canta malísimo sin autotune, sino que además, no se decide entre Bono y Yorke)

Y ojo, esto no es un rant en contra de las influencias. Es un rant en contra de la gente que es aplaudida a pesar de no tener las bolas (o la calidad) para usar su propia voz. Yo no me como el cuento de que «resulta» que Azier tiene casi la misma voz que Billie Joe Armstrong, quien a su vez tiene la misma voz que Jhonny Rotten, quien a su vez suena como Roger Daltrey antes de Tommy. Pero me hago la vista gorda porque si no, it’s only Sinatra for me, kiddo.