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Mi 2018 en música — 1 de 2

Resumen a lo We Didn’t Start The Fire

Enero: Chantal Goya, Christian Scott, Tiny Murder, Chkbns, Koo Koo Kanga Roo.

Febrero: Silvia Pérez Cruz, Jacob Collier, Charlotte Gainsbourg.

Marzo: Foreign Affair, Maceo Parker, Lisandro Aristimuño.

Abril: Car Sear Headrest, L’Imperatrice, The Shins, Nasser, Lowtide, Natalia Lafourcade, Superorganism, Usted Señalemelo, vídeos que mirar luego de This Is America de Childish Gambino.

Mayo: The Black Angels, Hurray for the Riff Raff, Evio.

Junio: Canova, The Wolf Parade en Zürich, Rocket Man, la fête de la musique.

Playlist completo de 2018 en Spotify

 

 

Enero

En el primer día del año, este video de Mac DeMarco me hizo caer en un agujero de YouTube

… que me llevó a Chantal Goya, la coprotagonista de Masculin Féminin, que no sabía que era cantante, y la única razón de porqué no sabía que era cantante es porque no nací en Francia. Es una de esas cosas elementales.

Dos, tres videos después terminé en un cover de Laisse tomber les filles, interpretado por France Gall

Laisse tomber les filles es original de Johnny Halliday, de quien he debido escribir el año pasado, si me hubiese enterado de que se murió. Johnny era un Tesoro Nacional.

El aleatorio de YouTube me llevó a Christian Scott, ¿Un trompetista de Jazz con una franela de Joy Division? Cuéntame más. No te pierdas la historia que cuenta a partir del minuto 15:30 y el tema que viene después, Klu-klux Police Department.

Elise Trudow hace un mashup entre Weird Fishes y The Bed’s Too Big Without You. En su canal hay más.

Mosaic, de Tiny Murder

Chkbns

Si mis hijas fueran mayores, Koo Koo Kanga Roo sería lo que oiríamos en el carro

Febrero

Plácido me pasó una extraña forma de vida

Jacob Collier haciendo un one-man-show en TED seguramente será una de las pocas cosas que recordaré este año:

El salón de fiesta de Lignon es como la sala de fiestas del Hotel Humboldt. Es, de hecho, más o menos de la misma época, como tantas otras cosas en Caracas y Ginebra. En escena, un DX7 y un Mellotron explican por qué ése disco, Rest, suena de esa manera. Deadly Valentine, a la mitad del concierto, parece un tema de Justice. Durante el homónimo del disco, la energía de la sala cambia por completo y cuando enuncia «Reste avec moi, s’il te plaît/Ne me laisse pas t’oublier» provoca llorar. Charlotte cierra con Charlotte Forever, haciendo las dos voces de un dúo fantasmagórico entre ella y su padre.

El bis comienza con Runaway, de Kanye, que suena muy bien en su voz porosa y es amplificada por su personaje público, esa chica perennemente incómoda frente a la audiencia.

Piensa todo lo que quieras acerca de la utilidad de regalar dinero, pero Drake flexing a través de donaciones es mucho mejor que Drake flexing de copiloto en un Lambo

 

Marzo

En este episodio de Song Exploder, analizan The Commander Thinks Aloud, de The Long Winters. La historia sobre lo que hace Matt Chamberlain con la batería es increíble.

Mónica me llevó a ver a Maceo Parker y al mismo tiempo a conocer el teatro de La Laboral en Gijón. Maceo Parker en concierto es muy entretenido, improvisando estándares de jazz vocal, música de piano bar en penumbra y haciendo pequeños homenajes a Ray Charles y James Brown, para mostrarnos que él no toca jazz pero podría si quisiera. Él es el funk.

Pasé dos semanas con Foreign Affair, de Maggie Reilly, en la cabeza. Alguno podría argumentar que el revival de los 80s es lo que hace a Foreign Affair digerible, pero este es un verdadero clásico atemporal. Puede venir del disco de Mike Oldfield de 1983, o de un disco de Saint Etienne de mediados de los 90s, o uno más reciente de 2012-2014.

In High Places, el track anterior en Crises, el disco de Mike Oldfield, le sonará familiar a cualquier fan de Kanye West. Es el tema fundacional del intro de Dark Fantasy. Kanye, a propósito de nada, logra la difícil tarea de tomar algo casi intocable, una canción sobre volar en paz, drogado, y transformarla en un relato autobiográfico sobre la caída y la tentación del suicidio.

«Mas presto ven palomba, mas presto ven con mí
mas presto tú mi alma, que yo me vo morir».

La Ciudad Liberada, de Fito, me hizo pensar en cuando mi papá me decía que toda esa mierda (la música de Fito) sonaba igual. No solo es un disco poco elocuente en lo que a innovación se refiere, sino que casi todos los temas parecen pobres copias de cosas que ya ha hecho antes. Si quieres más de lo mismo, es mejor escuchar su catálogo.

Esta misma semana me encontré con el Constelaciones de Lisandro Aristimuño, que es un muchísimo mejor disco de Fito que cualquier cosa que haya hecho Fito en los últimos 10 años. Rastro de Percal, el abridor, evidencia Aristimuño ha estado escuchando un montón de Sufjan Stevens

 

Abril

Twin Fantasy, de Car Sear Headrest, tiene un aire a Wolf Parade y Modest Mouse. Un poco más digerible que Teens of Denial, el-no-menos-excelente predecesor de este disco. Aunque aparentemente, Twin Fantasy es una reconstrucción de un disco de Car Seat Headrest de 2011, lo cual lo hace una rareza y un acto de valentía.

Bodys

Por cierto, Wolf Parade en vivo en KEXP:

MATAHARI, de L’Imperatrice

Dead Alive, en el Heartworms, de The Shins, parece una buena canción de The Smiths
Pero el mejor tema de ese disco es So Now What. Un tema que parece venido de otra época y, por lo tanto, tiene el potencial de ser eterno.

 

Vinz me pasó este video de OrelSan

The Outcome, de Nasser, es un disco de Depeche Mode. Tanto así que el tema homónimo parece ser el resultado de oír Master and Servant antes de grabar tu disco. Mi tema favorito es Ghost Radio, un cruce entre un tema de pop de los 80s y uno de Justice de finales de los 2000s, con un crescendo muy bien logrado.

Southern Mind, de Lowtide, es uno de esos discos que, desde la primera vez que lo oí, siento que ha estado conmigo mucho más tiempo. Esto es super obvio cuando oyes Window, un tema en el que la banda reencaucha el riff de bajo de Age of Consent:

Este video de Elizabeth Tower me gusta por el efecto nostálgico que logra. Aunque estuve allí hace menos de una década y estaba oyendo más Seamonsters que Blue Bell Knoll, Melbourne en mi cabeza se ve como esta película.

Musas: un homenaje al folclore latinoamericano en manos de Los Macorinos, de Natalia Lafourcade, resultó ser una excelente manera de recuperar algunas cosas que dejé olvidadas en en el pasado, en Venezuela, en un cassette que terminé tirando con el resto de mi memoria. Por ejemplo, esta interpretación de Rocío de todos los campos, de Violeta Parra:

Este disco me llevó a Hasta la Raíz, de 2015, una maravilla de disco que puede ser escuchado back2back con el que mencioné antes. el sencillo homónimo es un muy buen tema, pero mi favorito es Para Qué Sufrir, una canción que alcanza el balance entre el romanticismo y la salud mental.

La primera vez que escuché el homónimo debut de Superorganism, me fui a 2008, un año lleno de MGMT, Of Montreal, Vampire Weekend, Los Campesinos… un año juvenil, divertido. Este disco me ha recordado que siempre hay otra oportunidad para redescubrir música interesante hecha por veinteañeros que creen que ocho es un número racional de personas para montarse en tarima. A pesar de su espíritu indie, Superorganism, el disco, no tiene nada que ver con algo hecho en 2008, es mucho más sofisticado y complejo, un producto de su tiempo que funciona mejor en la medida en la que dejas de pensar sobre lo que estás oyendo.

Something for your M.I.N.D.

Por otro lado, es una lástima solo escuchar a Superorganism porque un podría argumentar que lo mejor que tienen es este video:

Hablando de MGMT, Little Dark Age es un buen disco para un sábado por la tarde. Me and Michael hacen resonar a mi infancia. Apenas puedo resistirme a cantar «Me and Michael / solid as they come» en voz alta, en una oficina llena de gente, mientras escribo esto.

El segundo disco de Usted Señalamelo exhibe una madurez impresionante en comparación con el primero. Cuesta escuchar Mañana y no pensar que estás oyendo a una suerte de Pescado Rabioso millennial. Un power trío claramente situado en la intersección entre Spinetta, Cerati y Broken Social Scene. Si te gustan cualquiera de ellos, te gustará este disco.

Puedo morir, Puedo Caer fue mi canción de guerra durante una semana

Childish Gambino mueve otra ficha en su búsqueda por ser el artista integral de su generación

Lo único que le falta a ese video es ser dirigido por Romain Gavras. En ese sentido, aquí una lista de 4 videos que puedes mirar luego de This is America:

Stress, the Jus†ice. Básicamente el video que inauguró este estilo. Diez años después sigue siendo rey absoluto del género:

Gosh, de Jamie xx

Born Free, de M.I.A.

No Church in the Wild, de Kanye y Jay Z

 

Mayo

MetaGoth, del All Nerve de The Breeders. Un muy buen disco, si te gusta el estilo.

Death Song, de The Black Angels, es un buen disco de rock. Si extrañas la fuerza inicial de Black Rebel Motorcycle Club, y te gusta The Doors, I’d Kill for Her es un tema para ti. Pero mi favorito del disco es Half Believing

En Twenty-two in Blue, Sunflower Bean se expande un poco más allá del Dream Pop, debatiéndose entre Fleetwood Mac y el rock de secundaria.

Pa’lante, más nada

El sábado antes de que asesinaran a Evio Di Marzo, amanecimos en casa oyendo Nunca te Olvidaré. Así funcionan las no-casualidades.

Creo que le di las gracias a Evio todas las veces que pude darle las gracias. Esta fue la primera vez que me di cuenta de lo ridículo que es contar en Facebook anécdotas personales sobre la gente que se muere.

 

Junio

Todo el mundo habla un idioma distinto en Zürich. Italiano, español, francés en la misma cuadra. Los vecinos del edifico me saludan por defecto con un Hi, porque ¿quién no habla inglés?

Mientras voy hacia el concierto, comienza a llover. Me bajo del tren en Hardbrücke y me doy cuenta de que una pared de agua me separa del bar. Corro, paso la sede de Freitag y hago una nota mental. Delante de mi, corre también un chino con un morral Fantoche —qué buena idea para una marca. Tan mojado como resignado camino por la Viaduktstrasse siguiendo los números pintados en los arcos: 23, 17, 15, 8, 1… ¿dónde coño está la F? Claro, la F está después del número 30, no antes del número 1. Doy media vuelta y camino en el sentido contrario, siguiendo a otras víctimas del diluvio. Llego al bar como si me hubiese zambullido en una piscina. En la puerta, la rebotadora y yo nos reímos porque el sello que me estampa en el brazo se borra casi inmediatamente.

Cuando entro, todavía están tocando Harvey Rushmore & the Octopus. Joy Division meets Dave Navarro.

Bogen F es un local construido bajo los arcos de un viaducto de trenes, y es una una fucking cueva del rock. Curiosamente —o no—, hace un par de años vi a Operators bajo los arcos de un viaducto, también.

Durante la prueba de sonido, todo el mundo se coloca sus protectores de oído. Hago lo mismo porque estoy en una cueva que parece resonar, estoy frente a los parlantes y I’m too old for this shit.

Durante la semana, he estado cantando en mi cabeza Lazarus Online. Los de The Wolf Parade abren con eso. He estado pensando también en mi infancia porque Expo 86 me conectó con mi infancia por ahí a mediados de 2010, en un momento de mi vida en el que necesitaba hacer una revaluación de quién era. Wolf Parade fue instrumental en mi migración de Venezuela y, como se habían disuelto, pensé que era otra de esas bandas que nunca vería porque vivía en un sumidero, que sería otra de las bandas que Venezuela me quitó.

Sin embargo, cuando tocan algunos de los temas viejos, Grounds for Divorce, por ejemplo, me doy cuenta lo poco sofisticado que suenan. Son canciones pubescentes para esos veinteañeros que bailan junto a mi, hipsters que no dejan de grabar mientras acentúan las letras con sus brazos. Qué vídeo de mierda.

Esto hace pensar otra vez en lo que escribí sobre James Murphy y LCD Soundsystem: entregarse a la derrota de la edad, y comenzar desde allí. Si yo fuera músico, cantante, me colgaría del micrófono como Dan Boeckner o, para ir al origen, como Jim Morrisson, y simularía emociones. Solo que… ¿quizás no está simulando? Quizás esa emoción y esa entrega son reales. Quizás uno se mueve de esa forma cuando expone su arte. Cuando te expones.

Cierran con Kissing the Beehive, un jam de 6 minutos, un «fire in the hole / fire in the hole / fire in the hole» catártico, un canto de estadio dentro de una cueva.

Ha dejado de llover, sigo el viaducto hasta la próxima parada, tomo fotos oscuras de rincones abandonados, de adolescentes haciendo botellón junto a las vías.

En el tranvía de regreso, un contrabajista y un trompetista en esmoquin hablan sobre un culo, literalmente. «She has a killer ass… and when she wears the right stuff… oh, man!»

O. me pasó este video de Rocket Man, hecho por Majid Adin

…y me escribe que yo le había pasado Rocket Man hace algunos años para que volviera a escucharlo. No recuerdo haber solicitado una revaluación de Rocket Man, pero la verdad es que en pasan un montón de cosas en esa canción, sonoramente hablando. He estado pensando últimamente en todas esas canciones que uno da por sentado porque creció con ellas, pero que son de una genialidad sorprendente y, aún más importante, para los involucrados, estas canciones representan el trabajo de toda una vida.

Vimos a Bambin’OperA en vivo en la fête de la musique y nos dimos por servidos. Tenía mucho tiempo sin ver un espectáculo para niños y adultos con tan buen ritmo.

Silvia Pérez Cruz haciendo un cover the Ne me quitte pas

 

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